Nacido en Estado de México a muy temprana edad, Víctor Hugo Rodríguez llega a San José el Alto, apenas tres años tenía, sin imaginar todo lo que ese cambio generaría, como niño gozó de grandes amistades cercanas a su residencia, estudiando tanto primaria como secundaria en su colonia, con los que conoció al amor de su vida, el futbol : “Mi sueño siempre fue ser algún día jugador profesional, estuve entrenando muchos años en Hércules, cuando tenía 14 años partí al Campamento Primavera, igual estuve en Verde Valle en Fuerzas Básicas con Chivas, después en Segunda con Cruz Azul Hidalgo en la Cooperativa. Ese era mi sueño más grande, como todo chiquillo, salir en la tele, ir a la Selección”.
Los hermanos mayores en gran parte influyen en las decisiones por tomar, son ejemplo a seguir y en ellos vemos admiración, para “Nariz” Rodríguez no fue la excepción, veía en su hermano Julio a su máximo ídolo a quien acompañó en incontables ocasiones a sus juegos “Es mi motivación, la verdad siempre fue un jugador muy bueno cuando jugaba me emocionaba bastante, siempre quise jugar en el equipo donde él jugara, no se daba hasta que después estuvimos muchos años juntos, recuerdo que le pagaban, le compraban zapatos y quería ser como él”.
Éxito, así es como en una palabra se podría resumir la trayectoria del delantero mexiquense en la LBB, una historia que desde su inicio triunfó, resaltando al equipo contra el que disputó su primer final:
“Llego con el América del famoso Chino, misma en la que quedamos campeones, ni más ni menos que ganándole a Deportivo La Cruz, esa final la jugamos en los Campos Pirámides, recuerdo que íbamos perdiendo 2-1, yo empato el partido, nos fuimos a penales, nadie fallaba hasta que el “Panda” Vergara falló por La Cruz, así gané, equipo al que llegaría más tarde”.
Todo en la vida consta de momentos, sin ellos muchos de los sucesos históricos no hubiesen pasado, tanto para bien como mal, en pocas palabras; sin aquella final entre azulcremas y La Cruz, probablemente los caminos Víctor Hugo Rodríguez/Deportivo La Cruz no hubieran cruzado, no se estaría platicando de una comunión magnífica e inolvidable no sólo en el conjunto de Renato Ramírez si no en la Bancaria:
“Fueron cinco años, es una historia muy bonita la verdad, fui a ver a mi hermano que jugaba con ellos (La Cruz), se acerca Renato y me pregunta que si quiero jugar, perdimos la final pero me estreno como goleador en el equipo, anotando tres tantos, iniciando una historia que posteriormente me convertiría en el máximo anotador que ha tenido el equipo con 223 goles en cinco años, gané títulos, perdí otros, como todo hay alegrías y tristezas, es un sentimiento de compañerismo, buena amistad, estoy muy agradecido con la oportunidad que me dieron de estar en uno de los equipos grandes”.
Ciclos, todo lo que inicia tiene que acabar, inesperado o no, pero llegó a su fin, el máximo goleador emprendió camino a tierras parisinas, nuevo reto en el cual buscará las más grandes aspiraciones, en un conjunto que con el paso de los años comienza a pesar más:
“Ahora soy jugador de París, eran varios torneos que Víctor Vitis me invitaba, yo estaba cómodo en La Cruz, el torneo pasado quedan campeones, yo no pude jugar por una lesión, Renato ya no me buscó, me volvió a invitar (Alejos Vitis ), influyó mucho que mi hermano estaba ahí, con el jugado toda mi vida”.
Próximo sábado 02 de marzo, enfrentará de manera oficial a la escuadra en la que jugó por cinco años, un duelo esperado por la Comunidad Bancaria, una rivalidad que con el paso de las temporadas toma mayor protagonismo, añadiéndole ahora el sazón del reencuentro oficial, ya que previo al arranque de certamen se midieron con resultado favorable a PSG y sí, Nariz se hizo presente:
“Ganamos 5-4, les anoté dos goles, el primero no lo festejé pero, por las emociones y calentura del juego me empezaron a gritar, pasó después que llegó un rebote el balón sale al aire, me aviento una chilena anotándola, ese si lo festejé con todo, continuando muy parejo el juego, fue mi hermano Julio el que anotó el último tanto, esto va a ponerle más sabor porque vienen de perder el amistoso, además que un tiempo fui jugador de La Cruz, ahora soy de París y si anoto, claro que voy a festejar, mi estadía ahí (La Cruz) ya fue, como jugador del PSG voy a defender la camiseta”.
Significado de los sábados de Bancaria:
“Para mí los sábados es un día que espero con ansia para llegar a Don Jesús, La Cañada, donde toque jugar para disfrutar del fútbol que es lo que me gusta, siempre he sido un tipo competitivo, me gusta medirme con los rivales, es emoción, felicidad, eso me genera llegar a la cancha, ponerme el uniforme y zapatos, saltar a la cancha, meter un gol y festejar con mi equipo”.
