Oriunda de la ciudad de Querétaro y con crecimiento en el barrio de Hércules, María Dolores Ochoa, destacada jugadora durante las pasadas campañas en la Liga Burócrata Bancaria expresó su formación en el balompié y la importancia que este tuvo para tener mayor cercanía a su papá:
“Empecé a jugar desde los tres años con ese amor al fútbol, toda mi familia siempre ha sido futbolera. Mi papá siempre había querido un niño que jugara, fue como mi forma de acercarme a él. Desde que tengo memoria he tenido ese talento, crecí con mi papá entrenándome, acompañándome y desde que tengo memoria la cercanía con él fue lo que me acercó al fútbol”.
Lola Ochoa desde temprana edad tuvo sus primeros acercamientos a zona profesional, siendo la casaca nacional en diferentes concentraciones la que daría entrada a sus primeras experiencias. Seguido, sus estudios en Fisioterapia la mantuvieron cerca con el equipo femenil de Gallos Blancos, siendo una casualidad la que daría una magnífica oportunidad a la queretana.
“Cuando tenía diecisiete años tuve mi primer acercamiento a concentración a Selección, estuve ahí un tiempo, desafortunadamente por diferentes situaciones ya no fui llamada. En el 2020 me abren las puertas en Gallos Femenil, llegando primero como terapeuta y después de una reta recreativa los profesores me hacen la invitación como jugadora, sin pensarlo acepté”.
Una aventura que mezcló de manera repentina la preparación profesional junto al sueño que muchas jugadoras tenían el vestir la casaca de cualquier institución de manera profesional, más siendo con el equipo de tu ciudad de nacimiento:
“Me invitan a los entrenamientos, teniendo que combinar con mi carrera (Fisioterapeuta). Por las mañanas entrenaba y acabando tenía que irme al consultorio a atender a mis compañeras, así durante seis meses. Después de ello me incorporo como jugadora, firmo mi contrato y cuatro meses después la pandemia frena mi sueño como futbolista”.
Su paso por la Liga Burócrata Bancaria Femenil se dio con el conjunto de Marcos Arellano, llegada que comenzaría con la historia de una de las jugadoras más desequilibrantes y con cartel. Ya superan los tres equipos defendidos, destacando en cuanto a rendimiento en cada una de las instituciones:
“Llego a la Bancaria en su segunda edición, si no mal recuerdo fue con Súper Mujer. Quería seguir jugando, desestresarme, después fui pasando de equipo en equipo que me hacían la invitación, hasta el día de hoy que llego a Reggea FC, varias de mis amigas están acá y es una de las razones porque siempre me ha gustado sentirme cómoda”.
Continuó:
“Estuve con Reggae, Somos Fútbol, fui campeona con Estudiantes, tuve un descanso entre seis meses y el año sin jugar y previo a eso fue con Súper Mujer que fue mi primer equipo acá. Así son los brincos que he dado acá en la Bancaria”.
El proyecto de Reggae llegó a generar ruido en la Premier Femenil, hoy por hoy son uno de los candidatos más serios a pelear por la corona. Incorporaciones de alto calibre mantienen las Rastafari en el Top 4 del máximo circuito. Dolores Ochoa confía en el proyecto y su unión:
“Como todos los equipos tenemos nuestros pros y contras, una virtud que mantiene el equipo es él compañerismo, la comunicación y el respaldo que entre todas nos damos. Algo que nos puede perjudicar es que no todas somos de acá y estamos a la espera de si llegarán todas, dentro de todo es un buen plantel con el que podemos lograr grandes cosas, esperamos llegar a la final”.
Ante el cuestionamiento de verse levantando la copa con el equipo de Reggae FC, María Ochoa puntualizó:
“No quiero hablar a futuro pero sin dudarlo, tenemos mucha oportunidad y sería increíble ganar un título con este equipo y con mis compañeras”, concluyó la formada en Hércules.
